La hija única de Guadalupe Nettel ¿Feminismo literario?
- mglaguna6
- 24 feb
- 2 Min. de lectura
Por Chino Lee

Publicado en 2020, La hija única es una novela centrada en la visión particular que tiene una parte de la sociedad de la maternidad, o como dicen los cursis modernos, las nuevas maternidades.
Con una estructura que ya se ha visto hasta en muchas novelas, en donde dos tipos de mujeres diferentes entre sí, van compartiendo experiencias y entrelazando sus historias; en este caso particular Laura será la protagonista y la que nos narrará la historia de Alina y Doris, dos madres muy diferentes y dos formas de vivir la maternidad, por un lado, Alina busca embarazarse hasta lograrlo, lamentablemente el bebé tendrá muchísimos problemas de salud; por el otro, Doris, una madre soltera que vive en un constante miedo y frustración ya que su hijo sufre constantemente de ataques de ira.
La novela busca enseñarnos las diferentes aproximaciones actuales sobre la maternidad, sin embargo, las reflexiones que hace la novela son visiones hechas desde la perspectiva feminista de la maternidad, el cual es vista como una construcción social que sirve para la dominación del hombre sobre la mujer y encapsularla en un rol particular de madre, esta visión se ve muy claro a partir de la segunda mitad del libro que una vez abierto los conflictos al principio del libro, la autora busca resolver todos estos conflictos a través de este punto vista.
La vecina, Doris, parece que necesita alejar de sí la maternidad para poder realizarse como mujer, para esto tiene que eliminar de su vida a su hijo, así que lo envía muy lejos de ella ese elemento que perturba su ser y no permite surgir su verdadero ser; mientras que la mejor amiga, Alina a pesar de buscar conscientemente su maternidad, por la dificultad de cuidar a esta niña tiene que recurrir también a otra persona para poder criar y cuidar a esta niña.
En lo particular, me pareció una novela tremendamente predecible, utilizando la literatura para transmitir un mensaje político que queda soso e incoherente y desapegado a la realidad ya que ninguna madre arriba de los cincuenta años hablaría de esa forma.
Desde nuestro particular modo de ver la literatura, no nos parece mal o incorrecto que se utilice como un medio para transmitir ideas políticas, sin embargo, cuando es tan evidente, cuando la literatura está al servicio de la ideología y no al contrario, que las ideas estén al servicio de la estética, nos parece que pierde mucha fuerza, la resolución final de la novela se ve apurada por mostrar las alternativas que tiene esta ideología para cada problema que planteó.
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